La Espera.
Llegó el invierno a su vida sin misericordia alguna, se
congeló su aliento antes cálido y suave. Se cubrió su piel de escarcha. Una
lagrima olvidada, se quedo helada a medio camino en su mejilla. Se adueñaba por
fin el olvido de su mente y sus recuerdos. Ahora convertido en un muñeco de
nieve espera la llegada de una nueva estación, de un nuevo día, de un día de
sol que de vida a su corazón, que espera latiendo bajito, para no morir todavía. Tiempo atrás latió con
fuerza, con brío. Equivocado sin duda, pero latía. Pasó un verano largo y llegó
un otoño altivo, y en puertas del invierno llegó el olvido.
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