lunes, 2 de diciembre de 2013



La Espera.


Llegó el invierno a su vida sin misericordia alguna, se congeló su aliento antes cálido y suave. Se cubrió su piel de escarcha. Una lagrima olvidada, se quedo helada a medio camino en su mejilla. Se adueñaba por fin el olvido de su mente y sus recuerdos. Ahora convertido en un muñeco de nieve espera la llegada de una nueva estación, de un nuevo día, de un día de sol que de vida a su corazón, que espera latiendo bajito,  para no morir todavía. Tiempo atrás latió con fuerza, con brío. Equivocado sin duda, pero latía. Pasó un verano largo y llegó un otoño altivo, y en puertas del invierno llegó el olvido.

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